Una tarde dominguera de aventuras en plena naturaleza berlinesa: Tierpark Berlín

Una de las consecuencias de la separación de Berlín en dos a causa del caído muro, es que en la capital alemana tenemos casi todo duplicado. Así es, una ciudad y dos impresionantes parques zoológicos: en el oeste mi querido Zoo, situado en el famoso parque Tiergarten en Berlín-Charlottenburg y del que os he hablado cientos de veces. Y en el este, un parque zoológico inmenso situado concretamente en el barrio de Lichtenberg y que a pesar de que a algunos como a mí nos pilla un poco lejos, os recomiendo visitarlo al menos una vez porque es una experiencia única...

Se trata del parque zoológico más grande de Europa, inaugurado durante los años cincuenta en plena DDR y con nada menos que 160 hectáreas llenas de bosque, abundante vegetación y animales. Mejor dicho: un montón de animales, más de ¡7.000! Un lugar muy especial donde el terreno es silvestre y amplio y casi nunca da la sensación de que estás en un parque cerrado. Un subidón de adrenalina y una desconexión total mental de la rutina diaria. Cómo para perdérselo, ¿eh?

Un paraíso para los amantes de los animales y de la naturaleza, en el que podréis pasaros un día entero paseando entre los antiguos árboles y haciendo algún picnic casero para reponer las pilas entre caminata y caminata. Eso sí, difícil será que lo podáis ver al completo. Por eso, os aconsejo que os hagáis con una guía del parque a la hora de comprar la entrada en la taquilla (cuesta 3,5 euros) y después de estudiar el plano, os centréis en lo que realmente os interesa ver. Si luego os sobrá tiempo y energía, dejaros llevar porque seguro que cada rincón os sorprende...

 

 

¿Mis rincones favoritos del Tierpark #Berlín?

Los pandas rojos o en alemán, Katzen-bären: ¡los preferidos de mi hermana! Menos mal que Pepa tenía un buen zoom porque sino hubiese sido dífícil verlos: entre que son tan vagos, escurridizos y se camuflan a la perfección entre tanta rama... ¡Abrazables!

El mini bosque Vari Bald, donde podréis pasear entre los lémures en libertad. Qué suerte tendréis si dejan de hacer su siesta y os bajan a saludar. Recomiendan visitarlos temprano cuando están más activos...

Los animales domésticos o Haustier-anlage que podréis tocar y requete-tocar. ¡Pero que burros peludos tan sociables!

Y por si fuera poco, cerca de una de las salidas y al lado de la casa de los cocodrilos, os encontraréis con el coqueto Palacio Friedrichsfelde donde podréis descansar los pies, sentados en algún rincón de sus preciosos jardines. También se puede visitar su interior (incluido en la entrada al Zoo). A mí me quedó pendiente entre otras muchísimas cosas pero no pasa nada porque en primavera volveré y no me quedará  nada por ver...

 ¿Qué os ha parecido la visita? ¿Ya conocéis el Tierpark o el Zoo de Berlín? ¿Cuál os gusta más?

Más información sobre sus horarios, animales y eventos, aquí en su página web.

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