Cumplo un año vivendo en Fráncfort y te cuento mi experiencia

Hace más de un año os contaba que después de estar viviendo trece años en Berlín, nos embarcábamos en una nueva aventura y nos mudábamos permanentemente a Fráncfort. Y un mes más tarde con un piso medio vacío y muchas cajas por abrir, compartía mi experiencia. Desde entonces, muchas cosas han cambiado. Y por suerte, a mejor. Recordar Berlín ya no duele y he dejado atrás la continua comparación entre ambas ciudades que me impedía darle una oportunidad a Fráncfort.
Mi principal objetivo era hacer de nuestro nuevo piso un lugar acogedor y muy nuestro.
Lo que me llevó mucho tiempo porque el ritmo me lo iban marcando los muebles y la decoración que iba encontrando y que a su vez, encajaban tanto con las estancias como con lo que ya teníamos. Sentirme cómoda en el piso, fue el detonante de empezar a fluir con la ciudad. Si me seguís en Instagram o estáis suscritas a mi Newsletter, seguro que ya conocéis todos los avances que compartí junto con una guía de tiendas online. Aunque este capítulo decorativo, continuará a partir de julio porque aún me queda rematar la oficina, perfeccionar algunas esquinas y centrarme por completo en la terraza. Este rincón de la cocina que veis a continuación, es el último que mejoré con esos taburetes verde menta de Broste Copenhagen.



El trato con la gente es de las cosas que más me sorprendió para bien.
En los inicios, cuando algo no me gustaba, me aliviaba pensar que al menos la gente era maja. Por lo general, solo tuve buenas experiencias. Y esto lo aplico hasta en los asuntos tediosos como empadronarse o encargarse de temas administrativos. Los francforteses son abiertos y sociables, les gusta hacer vida de calle y se toman su tiempo para hablar contigo desde el primer momento. Cuando se forman colas en la cajas de las tiendas, existe la paciencia y no empiezan a gritar como posesos. Por lo general, todo fluye de manera efectiva pero desde la calma. Esto que os cuento, os parecerá que es lo lógico y normal. Pero dependiendo de la zona alemana de la que vengas (digamos Berlín), es un auténtico contraste. Y muy amable.



En la búsqueda continua de los mejores mercados y supermercados.
Estoy muy contenta con el mercado semanal que se pone cerca de casa y tiene mucha variedad. Aunque el puesto de flores es mucho más pequeño y no ofrece tanto de temporada. Respecto a los supermercados, necesité bastantes meses para dar con algunos a mi gusto. Al ir descubriendo los alrededores de la ciudad, encontré zonas más industriales donde se concentran algunos más grandes (tanto bio como normales) en los que abunda lo regional y no están abarrotados de gente. Uno de mis favoritos es Dens Biomark (Elly-Beinhorn-Straße, Eschborn) que acaban de ampliar y tiene hasta una cafetería en la que venden pan artesano y bollería de mis panaderías favoritas (entre ellas Zeit für Brot).
También tiro mucho de tiendas de barrio, siendo una de mis favoritas Käseladen Leipziger (Leipziger Str. 34) donde venden especialidades francesas (principalmente vinos y quesos). Otro descubrimiento reciente para pedir la compra a domicilio es Knuspr. Funciona realmente bien y tiene mucha variedad regional, productos españoles, mucho pescado y hasta una sección de M&S. Sin olvidar, el Kleinmarkthalle (Hasengasse 5-7) que es el mercado cubierto más famoso de Fráncfort donde se puede comer o comprar alimentos tanto alemanes como internacionales.


Las cafeterías y restaurantes, muy buenos pero a precios desorbitantes.
Acostumbrarme a esto también formó parte de mi proceso de adaptación a Fráncfort. O mejor dicho, no me quedó más remedio. Por eso, me guío por la regla de que si voy a gastar... Donde este y lo que coma, debe merecer mucho la pena. Todavía estoy ampliando mi lista de favoritos, pero respecto a los restaurantes voy a compartir mi top tres: KMH (Hasengasse 5-7), Elaine´s Greenhose (Junghofstraße 26) y Umbra (Myliusstraße 49). Respecto a las cafeterías, actualmente hay algunas que me gustan mucho y que no compartí con anterioridad: Café Heimelig (Diemelstraße 9), Café Menthe (Dortelweiler Str. 87) y la panadería Liebesbrot (Mendelssohnstraße 60). Las fotos que veis a continuación, son de Elaine´s Greenhouse y os encantará si os apetece comer muy rico en un invernadero lleno de plantas entre rascacielos.


Ir de tiendas no es mi actividad favorita, si se trata de recorrer die Zeil.
Ya que die Zeil es la calle comercial más famosa de Fráncfort y me atrevo a decir que la más abarrotada, ruidosa y olorosa. Aunque es peatonal y con unas vistas increíbles a los rascacielos, no es de esos lugares que inspiran. Todo lo contrario, esos a los que vas cuando no tienes más remedio. Opiniones hay muchas, y esta solo es la mía. Me encanta pasear por la Goethestrasse o la Kaiserstrasse, mucho más cuidadas y donde está una de mis tiendas favoritas: Kauf Dich Glücklich. Respecto a los grandes almacenes, el (único) más estiloso es GALERIA Frankfurt an der Hauptwache. Aún así, debo decir que en Fráncfort existen todas las tiendas habidas y por haber. Si buscas, seguro que encuentras. Y también hay bastantes eventos de venta de ropa de segunda mano y mercadillos vintage.


Más luz y temperaturas más agradables que no compensan la mala calidad del aire.
En Fráncfort el clima es mucho más templado que en Berlín y bastante caluroso a partir de mayo, siendo bastante difícil sobrevivir al verano sin aire acondicionado. Tengo la sensación que en invierno hay más luz, sin embargo eso no compensa la frecuente mala calidad del aire que dificulta hasta respirar. De vez en cuando, hay alertas de gravedad extrema por tormentas eléctricas. Y como te pillen en mitad de la calle, podéis tener un gran problema.
Respecto al tema del transporte público, no puedo decir mucho porque lo hago todo a pie o en coche. Pero, sobre este asunto no me quejo porque el cambio ha sido a mejor ya que tengo una plaza de aparcamiento para el coche y una parada de metro enfrente de casa muy bien conectada. Además, al aeropuerto se llega en apenas quince minutos y tiene infinitas conexiones. Algunas, incluso me llevan en dos horas directa a Asturias. Y eso sí que lo compensa absolutamente todo.



Conseguí dar con lugares que me gustan mucho, tener una rutina más calmada y crear mi zona de confort francfortesa.
Antes de que comenzará la primavera, empecé a visitar lugares icónicos de Fráncfort con regularidad y los jardines botánicos. Más en concreto el Palmengarten, del que compramos el bono anual que ya hemos amortizado. Desde que nos mudamos, entre que tuve tanto que hacer y pasé bastantes meses en Asturias, nunca había tenido la oportunidad de empezar a turisterar en mi nueva ciudad. Encontré el lugar perfecto para tomar mi café y otro para correr entre campos de flores y con vistas a los rascacielos. Poco a poco, todo se volvió familiar y pasó algo que pensé que nunca iba a pasar: le empecé a coger el gusto a Fráncfort. Pero, de verdad. Menos mal.



¡Y hasta aquí ha llegado el post de hoy! Ya me contaréis qué os ha parecido lo que os he contado o si os ha sorprendido algo. Si se da la casualidad de que también estáis viviendo en Fráncfort, me encantaría conocer vuestra experiencia. Y de paso que me contéis si coincidimos (o no) en algo.
Como ya sabéis, actualizo el blog solamente el primer viernes de cada mes. Pero como siempre, os espero en Instagram o Threads donde comparto mi día a día entre Asturias y Fráncfort.
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¡Hola!
ResponderEliminarMe parece muy interesante leer tu experiencia en una ciudad nueva, como Frankfurt, porque creo que no sería para mí, ya que es muy moderna. Me alegra que hayas encontrado tus lugares favoritos y que te sientas a gusto.
¡Un abrazo!
Ruth
Hola, Ruth:
EliminarLa verdad es que tampoco pensaba que sería una ciudad para mí, pero no me quedó más remedio. Aunque es moderna, tiene su encanto... ¡Abrazo!
¡Feliz aniversario de vida en Fráncfort! 💖 Hacía mucho que no me pasaba a leerte, y me ha gustado mucho. Tienes el blog precioso, y me siguen encantando tanto las fotos como la forma de escribir 🤗 Frácfort fue de las primeras ciudades que visité de Alemania, pero pasé unas pocas horas en ella. Ojalá poder volver alguna vez a visitarla. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarHola:
EliminarTe animo a volver a visitarla con tiempo porque tiene mucho que ofrecer.
Gracias u abrazo de vuelta.