Lento e isleño: Mi viaje a Lanzarote

A finales de mayo hicimos una escapada a Lanzarote, más conocida como la isla de los volcanes. Una magnífica elección para ser nuestra primera vez en las Islas Canarias, pues ansiaba conocer esa belleza cósmica de la que tanto se habla. Cinco días alojándome en un hotel que derrochaba esencia lanzaroteña, dio para mucho. El centro de Teguise y sus alrededores fueron los protagonistas de mis jornadas de historias de vida lenta e isleña. Volví mitad renovada, mitad fascinada con las creaciones de César Manrique integradas con la naturaleza volcánica.

El que fue nuestro refugio de vida lenta.
Nos alojamos en el Hotel Casa de las Flores donde disfrutamos de desayunos tranquilos, preparados con productos locales y cuidando hasta el más mínimo detalle. Seis platos nuevos cada día que reposábamos en la increíble Suite El Patio, mientras decidíamos cuál sería la aventura del día. Un hotel sostenible, lleno de arte y un buen gusto inigualable. Un lugar que invita a desconectar y al mismo tiempo, te activa la creatividad mientras te sientes como en casa.




5 días en Teguise, un pueblo de ensueño.
Después de mi primer desayuno en la isla, estaba dispuesta a disfrutar del mercado de Teguise (todos los domingos de 9 a 14 horas en la Plaza de la Constitución). Ese día, el pueblo tiene mucho ambiente ya que hay música en directo y todos los comercios en torno a su iglesia están abiertos. Coger un café en Mura y perderse entre las tiendas de artesanía, cerámica o talleres de arte lanzaroteños, sin duda fue la mejor manera de pasar el día. Y degustar uno de los menús del Palacio Ico, fue una excelente forma de terminarlo. Teguise me pareció el pueblo más bonito de los que conocí en Lanzarote. Es como sacado de un decorado cinematográfico y está cerca de cualquier lugar de interés. Como por ejemplo, de la Playa de Famara que está situada en pleno desierto y si está despejada, podrás ver La Graciosa.




Conducir persiguiendo las siluetas volcánicas en carreteras flanqueadas por lava.
Esto es posible si te diriges a uno de los lugares más fascinantes en los que haya estado: el Parque Nacional de Timanfaya. Surgió como resultado de las erupciones volcánicas sucedidas entre 1720 y 1736 y en 1824, dando lugar a un paisaje en el que predominan las coladas de lava grisácea, las montañas del fuego y la ausencia de vegetación. Tras pasar por el centro de visitantes donde nos informamos y visitamos la exposición actual sobre vulcanismo, cogimos la carretera LZ-67 por la que se puede circular con normalidad. Esta carretera atraviesa el parque y nos permitió hacer un viaje increíble disfrutando del paisaje.



Mucho más que un botánico, el Jardín de Cactus es una auténtica obra de arte.
Se trata de la última gran obra de César Manrique en Lanzarote que él mismo definía como arte total, ya que los cactus están integrados con la arquitectura, la escultura y el interiorismo. Todo allí tiene un diseño mágico: la disposición de los jardines, la colina con el molino, las lámparas, la tienda o la terraza de la cafetería con una vista panorámica. Quinientas especies de cactus a descubrir, fundidas con el entorno de tierra oscura y piedra volcánica. Sin duda, es uno de mis lugares lanzaroteños favoritos.



El arte y el diseño de Césár Manrique integrado con la naturaleza volcánica, es mi nueva gran obsesión.
Empezando por el Jardín de Cactus del que ya os hablé y continuando con la Casa Museo del Campesino que te da la bienvenida con el impresionante Monumento a la Fertilidad. Merece mucho la pena visitar los talleres de los artesanos, pues además de interesantes, os podréis llevar auténticos recuerdos lanzaroteños: sombreros, zapatos o vinos. Sin olvidar los jabones naturales, el incienso o las piedras volcánicas para quitar las impurezas de Mama Pepa, motivo por el que nuestra maleta volvió llena. Si estando allí os entra el hambre, os recomiendo picar algo en su restaurante que nos sorprendió bastante.
La Casa del Volcán, emplazada dentro de una colada de lava y dedicada a la divulgación del arte y la cultura.
La Casa del Volcán está en Tahíche y fue habitada por César Manrique durante veinte años. Actualmente es un centro de encuentro, fundación y homenaje al artista. El diseño de la casa está fundido con el paisaje y los recursos volcánicos, siendo posible recorrer algunas estancias de esta. Mi favorita es la zona de la piscina, construida en una burbuja volcánica natural. También hay exposiciones de arte y objetos personales a través de los que puedes conocer al artista. Desde los muebles hasta las plantas, las vistas desde las ventanas, el arte o los jardines de cactus: por allí todo inspira.




Almuerzo en el interior de un túnel volcánico, Jameos del Agua y el Museo Casa de los Volcanes.
Se trata del primer centro de arte, cultura y turismo creado por Césár Manrique dentro de un túnel volcánico. Un jameo es un agujero formado tras el hundimiento del techo de un tubo volcánico y durante la visita a Jameos del Agua, verás tres. El primero de ellos, bajo el que se encuentra el restaurante en el que almorzamos totalmente fascinados. Esas lámparas. Esas plantas colgantes. Esas vistas al mar desde la cafetería. Esa palmera torcida en la piscina. Ese lago lleno de cangrejos ciegos. Y ese auditorio donde la música fluye a través de los tubos volcánicos.
Allí mismo también se encuentra el Museo Casa de los Volcanes que me resultó muy entretenido, al ser interactivo. Entre otras cosas, me sumergí a través de un tubo volcánico con unas gafas de realidad virtual y descubrí que se acude a la isla para hacer simulaciones de Marte. El diseño del interior del museo tampoco tiene desperdicio, pudiendo ver el mar a través de unos ventanales redondos como si de un cuadro se tratase.




Lanzarote tiene mucho que ofrecer. Lo que visité, lo disfruté intensamente empapándome de la energía de la isla.
Volví con ganas de más y con el presentimiento de que volveré para retomar lo que me quedó pendiente: el Museo Internacional de Arte Contemporáneo, la Cueva de los Verdes, investigar sus bodegas y sus playas. También me hubiese gustado pasar más tiempo en Haría para poder visitar la Casa del Palmeral y su mercado de los sábados. Sin olvidar, hacer la ruta de los volcanes guiada por Timanfaya o pasar un día explorando La Graciosa.




"Se podría hablar muchísimo sobre esta isla diciendo que es absolutamente cósmica y como si estuviera naciendo en el primer momento de la existencia de este planeta".
César Manrique
¡Y hasta aquí ha llegado el post de hoy! Ya me contaréis si habéis estado alguna vez en Lanzarote o si tenéis ganas de visitarlo.
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